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Superar la Ausencia

La pérdida de un ser querido, puede dejar a muchos sumidos en depresión. Pero cuando ese ser querido era alguien súper especial, lleno de detalles, amoroso, responsable, proveedor, quien estaba presente en toda situación y necesidad, el dolor podría ser mayor o más difícil de superar.


Amo mucho a una familia que hace algún tiempo perdió al jefe de casa. Una de sus hijas, al recibir la noticia, entró en negación, dijo “no puede ser”, siguió su vida como si nada, nunca pudo llorar, sin saber por qué reaccionaba así. Al no haber podido asistir al funeral de su padre, todo le parecía irreal.


Es probable que, en el corazón de ella, haya surgido algún resentimiento con Dios, o simplemente nunca encontró respuesta a la pregunta de siempre: ¿Por qué él, si era tan bueno y ejemplar? El dolor es tan profundo y tan difícil de expresar, que ella ha estado huyendo de un lado hacia otro, evadiendo su realidad.


Esta joven, era la que había sido entrenada por su padre, para hacer todas las cosas administrativas y bancarias, pero el dolor de su ausencia, no le han permitido tomar el lugar que le corresponde. Ella se ha ido a otro país, con otra familia, a hacer allá, aquello para lo cual nació y fue formada.


Sería tan fácil juzgarla y querer decidir por ella, sería tan sencillo para nosotros señalarla, acusarla y hasta demandarle que haga lo que debería hacer, en su propia casa y lugar. Sin embargo, ninguno de nosotros está en los zapatos de ella.


En este tiempo, cuando después de unos días o semanas, ella vuelve a casa, no puede soportar la ausencia del padre y su llanto es incontenible. El huir es una manera de evitar el dolor al palparlo a él en todas las cosas que le rodean, y le recuerdan su amor y su dedicación.


Si ella pudiera abrir por un momento sus ojos en el ámbito espiritual, para observar a su padre reposado, feliz, sin dolor, ni sufrimiento, quizás pudiera seguir adelante con la esperanza constante de re-encontrarse un día.


Cómo necesitamos la revelación del amor del Padre Dios, quien supera todas las bondades y virtudes de un padre terrenal excelente. Cuando es el Padre celestial quien llena todas nuestras necesidades y vacíos, estoy segura que es menos difícil superar la ausencia y sobrepasar el dolor. Revélanos, Espíritu Santo, ese inconmensurable amor del Padre eterno.

"Cómo necesitamos la revelación del amor del Padre Dios, quien supera todas las bondades y virtudes de un padre terrenal excelente."

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