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El Tiempo es Vida

Se encuentran un abuelo y un joven, y mientras comparten sus experiencias propias de la edad de cada quien, el joven expresa: Cómo quisiera tener tu edad, para poder hacer lo que me gustaría lograr, pero que ahora no me es posible, porque no tengo la experiencia, ni las finanzas. Entonces el abuelo le responde: Y como quisiera yo volver a tener tu edad, para tener la oportunidad de reparar algunos daños, evitar ciertas acciones y hacer cosas que nunca hice por querer vivir apresuradamente.


La vida es así, cuando somos jóvenes, estamos desesperados por vivir, de manera tal, que lo hacemos a la carrera, sin pararnos a disfrutar ciertas etapas que nos podrían dejar mucha enseñanza y además el sabor de algo especial.


Cuando los años han pasado velozmente, quisiéramos volver atrás, para vivir intensamente las oportunidades que dejamos pasar. Lamentablemente, eso no es posible. Quizás por eso los abuelos disfrutan tanto a sus nietos, porque es como la oportunidad de rehacer lo que no hicieron con los hijos. Es el recordatorio de acciones fallidas y la supuesta oportunidad de actuar bien, esta vez.


Si hay algo que no podemos retroceder, es el tiempo. El tiempo es vida, y cada, minuto perdido, es vida que se nos escapa, se nos fuga sin poderlo recuperar.


Hay cosas que quisiéramos hacer o lograr, cuando somos jóvenes, pero no tenemos el dinero, tal vez. Cuando maduramos un poco y prosperamos, tenemos el dinero, o la forma de obtenerlo, pero no tenemos el tiempo, porque estamos ocupados trabajando para hacer el dinero. Llegamos a la edad de oro, entonces ya tenemos el tiempo, ya tenemos el dinero, tal vez, pero nos falta un elemento necesario, es la vitalidad y la energía de la juventud.


Podríamos decir como el poeta: “Juventud, divino tesoro, ya te vas para nunca volver, cuando quiero llorar, no lloro, y a veces lloro sin querer”. Pero tengo una receta infalible para no frustrarnos ante el paso del tiempo y la pérdida del vigor y la fuerza. Esta consiste en mantener vivo el Espíritu superior que tenemos, cuando hemos creído en Jesús, nuestro Señor. Todo el que en Él cree, de su interior correrán “Ríos de Agua Viva”, eso se refiere al Espíritu Santo, el Espíritu superior que mora dentro de nosotros. Él nos da la fortaleza, el vigor, la vitalidad, la energía y todo lo necesario, para vivir intensamente cada etapa, y lograr aquello que parece imposible. Sobre todas las cosas, nos garantiza que haremos lo que agrade a Dios, y eso nos proveerá contentamiento y gozo de vivir cada etapa a la vez.


"El tiempo es vida, y cada, minuto perdido, es vida que se nos escapa, se nos fuga sin poderlo recuperar."

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