Una de las características de la mayoría de los hombres íntegros y con visión, varones y mujeres de este tiempo, es que logran ver los errores en aquellos que gobiernan o que ocupan un cargo público y pretenden dirigir a una nación. Estos hombres adelantados, con ojos abiertos, perciben no sólo los errores y debilidades de los que ostentan un liderazgo nacional, sino que inclusive, saben cómo podría resolverse o corregirse el problema o el error.
Muchas veces, estas personas que ven desde afuera la dificultad y el desacierto, tienen la capacidad para estar en el lugar de aquellos que están llevando al país al retroceso y no al avance. Sin embargo, parece que estos, no quieren arriesgarse ni comprometerse. Para ver los resultados esperados, siempre hay un precio qué pagar y un riesgo qué tomar.
Es natural que exista el temor a la crítica y al desprestigio, sin embargo, la única manera de asegurarle a nuestros descendientes un futuro mejor, es rompiendo la pasividad y tomando parte activa en las decisiones del futuro de nuestra nación.
Cada quien tiene una razón de existir y un destino trazado para seguir. Cada uno de nosotros vino con un propósito a la tierra, el cual deberíamos cumplir antes de abandonar nuestro cuerpo terrenal. Necesitamos descubrir para qué nacimos, para qué fuimos creados, para qué el Señor nos dio tales o cuales habilidades y talentos. Dios no hace las cosas al azar, ni improvisa en el camino. Él diseña todo de manera ordenada y perfecta, habiendo colocado en cada quien, las destrezas necesarias para que se establezca el orden divino en la tierra.
Una vez que descubrimos nuestras habilidades, podemos preguntarnos ¿para qué? Cuando encontramos el propósito, es el momento de preguntar ¿cómo? Y quizás después podríamos preguntar ¿cuándo? Estoy muy segura que, si estamos genuinamente interesados en ser parte de la transformación de nuestra sociedad y nuestra nación, vamos a obtener las respuestas claras a nuestras interrogantes; pero además, tendremos la fuerza y el denuedo para lanzarnos a la tarea de la reforma y la transformación.
Estoy convencida que, si la motivación es correcta, los resultados serán increíblemente excelentes, beneficiando a miles de personas que han esperado durante mucho tiempo, la oportunidad de experimentar un cambio, de ver una transformación en el suelo que tanto apreciamos, al cual llamamos patria.
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