Continuando en la línea de lo beneficioso que es saber y hablar dos idiomas, y particularmente el inglés y el español, en Latinoamérica; quiero contarles que hace muchos años, por allá de 1988, tuve una visión acerca de establecer una Escuela y Colegio que fuera bilingüe, es decir que la mayoría de las clases fueran enseñadas en inglés, excepto la clase de español y otras pocas.
Es así que, en 1999, abrimos las puertas de esa soñada institución educativa de calidad, para ofrecerle nuevas y mejores oportunidades a los jóvenes egresados. Iniciamos con grados desde el nivel maternal y pre escolar, hasta el octavo grado, de manera que cada año agregábamos un nivel más, graduando así nuestra primera promoción de bachilleres a mediados del año 2003.
Mi deseo siempre fue, que se pudieran abrir oportunidades adicionales a nivel de universidad, a través de becas en el extranjero, para los jóvenes graduados de esta institución. Algunos de los muchachos graduados, han viajado al extranjero para seguir estudiando. Puedo decir que tanto los que se quedan en el país como los que han seguido sus estudios fuera del país, han descollado. Muchos me cuentan acerca de los cumplidos que reciben por su nivel de inglés.
Sin embargo, en el último tiempo, cada vez más, los muchachos han ingresado para laborar en los llamados “Call Centers”, que son lugares donde contratan jóvenes bilingües, para contestar llamadas de diversas partes del mundo, donde los clientes se comunican haciendo uso del inglés.
He escuchado los comentarios de algunos de estos muchachos, quienes dicen ganar mucho dinero, sin embargo, la mayoría de ellos se sienten agobiados por el exceso de trabajo y por los horarios incómodos. Pero más allá de esto, a mí me inquieta que cuando los jóvenes ingresan a un centro de trabajo como el que hemos mencionado, van perdiendo el interés por sus estudios y van desarrollando mayor interés por el dinero.
Entendemos que la mayoría tomó la decisión de laborar en un “Call Center” por necesidad económica, sobre todo pensando que podrían trabajar de día para pagar sus estudios en la universidad, por la noche. Sin embargo, más temprano que tarde, los muchachos pierden el deseo de seguirse preparando académicamente, ya que su realidad es que no necesitan estudiar más, para contestar llamadas en inglés, y ganar dinero.
Para muchos, estos “Call Centers” han venido a constituir una gran ayuda a la economía familiar y lo ven como una bendición. Yo quiero atreverme hoy a ir más allá, para instarlos a meditar sobre el largo plazo, viendo si esto realmente es una bendición o no. Podríamos analizar las estadísticas y darnos cuenta de cuántos de los muchachos que comenzaron a trabajar en estos centros, han abandonado su carrera o la han llevado con tanta lentitud, que está lejano el día de su graduación. La pregunta retórica es: ¿Podemos decir que es realmente una bendición para la juventud? Los dejo pensando.
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