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Bienaventurado sea todo Árbol

Mientras desayunaba tranquilamente en compañía de mi esposo, disfrutando las frutas de temporada, veíamos cómo cuatro o más hombres, contratados, se preparaban para derribar un árbol frente a nuestra ventana del comedor. Mi esposo me decía: Plantamos ese árbol y lo vimos crecer, ahora lo vemos culminar su vida.


Nunca nuestro deseo habría sido cortar ese hermoso cedro real, árbol maderable, que además nos aportó sombra durante muchos años. Es probable que lo hayamos plantado veinte años atrás, por lo menos. Hemos visto cómo en cada estación, botaba las hojas y estas volvían a crecer, una y otra vez.


Resulta que lamentablemente, las raíces comenzaron a extenderse tanto, que ya estaban levantando los cimientos de los servicios sanitarios que se usan para los estudiantes de secundaria del Colegio. Esto nos obligó a tomar una determinación sabia y no sentimental.

Sin embargo, creo que esa madera aún tiene vida por delante, ya no estará ligada a las raíces del árbol, pero la mandaremos a aserrar y se convertirá en tablas para un lindo mueble que prestará servicio en el hogar o en la oficina.


Quizás en nuestra existencia ocurre lo mismo, nuestros padres nos dieron vida natural y nos vieron crecer, desarrollarnos, madurar y demás. Cuando ya nuestras raíces interfieren con nuestro alrededor, quizás ya es tiempo de mudarnos, de trasladarnos. Nuestra vida seguirá siendo útil, pero en otra localidad o de una forma diferente. Nunca las emociones o sentimientos deberían ligarnos a permanecer donde seamos estorbo para que otros se desarrollen o funcionen.


Aún en el ocaso de nuestras vidas, aunque las hojas ya hayan desaparecido y el tronco se haya engrosado tanto que denote nuestra edad, podemos ser de utilidad, podemos ser de bendición, pero debemos elegir el lugar correcto y la ubicación exacta en el tiempo. Sólo necesitamos ser transformados o renovados en forma, siempre habrá otros que nos aprecien y necesiten, sigamos extendiendo las raíces, mientras nos llega la hora que ser trasplantados.


Me duele mucho tener que cortar un árbol, pero me motiva saber que puedo plantar muchos más y que éste que nos ofreció su sombra por veinte años, ahora nos ofrecerá su madera por muchísimos años más. Bienaventurado sea todo árbol plantado junto a las corrientes de aguas vivas.

"Bienaventurado sea todo árbol plantado junto a las corrientes de aguas vivas."

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