Hoy ha sido un día extraño, diferente en su clase, peculiar por muchas razones. Por un lado, agradecida por abrir mis ojos y saber que estoy mejorando dentro de un proceso fuerte que me golpeó la salud. Y pensar que todo comenzó sencillamente porque el aire acondicionado del escenario, aquel domingo por la mañana, estaba demasiado frío, mientras yo compartía y me debatía internamente con la extrema sensibilidad de mi sistema y la inmunidad del mismo. Cuando el organismo reacciona de forma inmediata a los cambios de temperatura, muchas complicaciones podrían acontecer y ese fue mi caso. Además, considero que el prolongado encierro y el uso constante de la mascarilla, de alguna manera han frenado la eficacia de nuestro sistema inmune, debilitándolo.
Por otro lado, contenta de tener de regreso para ayudarme en casa a alguien que ha sido un gran apoyo para mi persona y mi familia en los últimos años; ella es muy especial para nosotros, representa la prudencia, la humidad, el servicio y el amor en persona.
Y por otro lado, contenta de comenzar una nueva semana y un nuevo mes que sé que traerá consigo muchas buenas noticias para mí y para los míos. En este mes cumple años mi hija menor y también una de mis bellas nietas. En este mes espero poder conocer a mi nieta más pequeña, y tenerla por vez primera en mis brazos.
Además, con dolor en mi corazón por el estado de salud de alguien muy querido, y muy cercano, a quien ayer le diagnosticaron COVID, teniendo ella que irse a casa de una pariente, ya que su amado esposo se encuentra en casa con defensas deprimidas, debido al tratamiento de quimioterapia que debe seguir.
También, por otro lado, me impactó recibir la noticia de la partida de esta tierra, de una persona muy especial, a quien conocí porque su hijo fue compañero de mi hija en la Escuela. La hermana Isabel, como muchos la llamábamos, era de esas personas que siempre tenían una sonrisa en sus labios y un corazón listo para servir a quien lo necesitara. El COVID tocó sus puertas y arreció en su contra, ella perdió esa batalla terrenalmente, pero se nos adelantó hacia una eternidad feliz y gloriosa.
Hay días como este, que son difíciles de describir o de ponerles una etiqueta, porque están llenos de contrastes. Lo importante es entender que Dios sigue siendo Dios, sean buenas o malas las experiencias o las noticias que tengamos. Él brilla por encima de toda situación y circunstancia. Dios es siempre Dios.
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